La magia simplemente se da cuando existen parejas como Marineé y Mario.
San Miguel de Allende fue el sueño de ellos y se hizo realidad. Bien ganado el titulo de Pueblo Mágico.
Fué un día pleno, lleno de música y color, desde las hermosas calles del centro, las mojigangas, el burrito.
Un placer el poder hacer esta boda de destino con esta hermosa familia.


















